24 de julio de 2008

Un Paso de Gigantes

Los escaladores aragoneses Alberto Rabadá y Ernesto Navarro supusieron, con sus extraordinarias realizaciones, el más importante paso dado por el alpinismo español desde la memorable primera ascensión al Naranjo de Bulnes de Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa, y Gregorio Pérez "El Cainejo".

Paso de hombros en la Mitra de Vadiello (1955). Foto: Ángel López La actividad de los zaragozanos Alberto Rabadá y Ernesto Navarro se concentra a caballo de los años 50 y 60. Acontece en este momento un cambio generacional decisivo en la historia del alpinismo español y estos dos escaladores se convierten en sus más vigorosos representantes. Para comprender mejor la importancia de la que sin duda es la más sobresaliente cordada española de todos los tiempos, es conveniente analizar el contexto dentro del cual realizaron sus actividades. En aquella época, España aún no había conseguido recuperarse de su contienda civil, finalizada en 1939.

Eran años de posguerra donde, por regla general los recursos escaseaban. Los relatos de la época aparecidos principalmente en las revistas de montaña "Peñalara", "Montañeros de Aragón", "Pyrenaica" y "Muntanya" constituyen una inapreciable fuente de información. En su inmensa mayoría los escaladores narraron las peripecias que debían padecer hasta arribar al comienzo de sus ascensiones y que, en no pocas ocasiones, les suponían un cúmulo de inconvenientes aún mayor si cabe que los que encontrarían en el transcurso de sus escaladas. Las aproximaciones en tren, coche de línea, bicicleta o incluso, andando, estaban a la orden del día. Así debieron hacer en más de una ocasión Rabadá y Navarro para llegar a Mezalocha, la escuela de escalada más frecuentada por los escaladores maños de entonces y que dista de Zaragoza una treintena de kilómetros.


Un material muy particular

El Espolón del Fire en los Mallos de Riglos Otro tanto acontecía con el material de escalada. No tanto en su escasez, sin que por ello digamos que fuera abundante, como más bien en lo rudimentario del mismo. De todos es conocido que tanto Rabadá y Navarro, como el resto de sus contemporáneos escalaban en aquel tiempo con alpargatas, no vamos por tanto a entrar en mayores detalles. Conviene, sin embargo, apostillar que mientras aquí se escalaba así, además de con mosquetones de hierro, clavijas forjadas por los mismos escaladores y tacos de madera; a finales de los años 50 y comienzos de los 60 en los círculos británicos y americanos ya se empleaban distintos tipos de empotradores, incluyendo algunos metálicos. En toda Europa hacía años que estaba generalizado el uso de las cuerdas de nylon, las botas de suela vibran y en determinadas áreas se escalaba con botas que eran precursoras de los actuales pies de gato. Mientras que Rabadá y Navarro "trabajaban" con burdos clavos, en Yosemite hacía años que se empleaban knife blades, horizontal pegs, los arrows y otros elementos similares, que fueron decisivos tanto para la progresión como, y sobre todo, para la seguridad en las paredes rocosas.

Con respecto a los pitones de expansión ya se han difundido bastante los reparos que para su uso tenía la cordada maña. Los diminutos buriles a los que da auténtico miedo asegurarse que colocaron en la cara oeste del Naranjo de Bulnes, les supusieron enormes dudas éticas.

Mientras, por ejemplo, diez años antes en la vecina Francia, en 1952, Magnone, Berardini, Dagory y Laine, olvidándose de cualquier tipo de prejuicio moral, se valieron de estos elementos para dar un espectacular golpe de mano y asegurarse la primera ascensión de la cara oeste del Dru. Para ello, ascendieron por la cara norte hasta la altura del final del gran diedro de la clásica oeste, y luego, mediante una controvertida burilada atravesaron hasta la zona de los rápeles pendulares y así adelantaron a la cordada rival.


El retraso de nuestro país

Alberto Rabadá y Ernesto Navarro contemplan la cara oeste del Naranjo antes de realizar su primera escalada (agosto 1962). Foto: Miguel Vidal. Colección: Félix Méndez. En la década de los 50, la única posibilidad de practicar no sólo la escalada o el montañismo, sino cualquier tipo de actividades al aire libre eran las que ofrecía el Frente de Juventudes. De esta manera, encuadradas en las conocidas Centurias de Montañeros, fueron varias las generaciones de montañeros que surgieron en aquellas regiones de nuestro país donde existía una tradición alpina.

Al igual que otros muchos jóvenes, en ellas iniciaron sus contactos con la montaña Rabadá y Navarro y pronto supieron recoger la tradición de sus antecesores en las escaladas de nuestras paredes.

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La particular evolución del alpinismo español, ciertamente motivado por los factores sociopolíticos a los que antes hemos hecho alusión, por regla general, y más en los años 40 y 5O, hizo que salvo honrosas excepciones tuviera un evidente retraso en comparación con otros países de nuestro ámbito como Francia, Italia o Inglaterra. Cuando Rabadá y Navarro irrumpen en el escenario de nuestras montañas, puede decirse que hace relativamente poco tiempo que ha culminado la llamada "Edad de Oro" de los principales macizos peninsulares y se han realizado los primeros grandes itinerarios. Escaladores como Panyella, Ferrera o Mallafré en Cataluña; Teógenes Díaz, González Folliot, Baldomero Sol o José María Galilea en Madrid y Serón, Millán o Bescós en la patria chica de Rabadá y Navarro, son quienes llevan la batuta de los más importantes itinerarios de la época.


Antecedentes históricos

Un momento de la escalada al Naranjo Ciñéndonos a Picos de Europa, Pirineos y Riglos, los lugares donde los dos escaladores zaragozanos realizaron la mayor parte y sus más notables itinerarios, podemos citar que en el primer macizo, terreno en aquel entonces casi exclusivo de los escaladores madrileños, se habían realizado, entre otras, la cara sureste de Peña Vieja (1944, Odriozola y Alonso); sur de Peña Santa de Castilla (1944, Sol y Ruiz) y sur directa de Peña Santa (1947, Folliot, Fuentes y Rojas). En los Pirineos, y ciñéndonos a la actividad de los alpinistas de nuestro lado de la frontera, destacan la directa al Calderer (1941, Panyella y Ferrera); norte Aguja de Perramó (1947, Faus, Cluá y Somoza).

Por último, la historia de Riglos está aún más retrasada, debido a la particular naturaleza del lugar. Es en el tardío 1942, y dejando aparte los primitivos intentos como el de Arlaud y Giglione, que en 1929 llegaron a la punta Buzón, cuando Mallafré, Blasi y Bou consiguen la primera escalada en Riglos, se trata de la punta Mallafré (entonces de los Catalanes) al Fire. La punta Mateo del mismo mallo se logra dos años más tarde (1944, Mateo y Serón); la punta No Importa en 1946 (Serón, Millán y Martini); la punta Montolar el mismo año (Serón, Millán y Pau); el mallo Pisón también se ascendió por vez primera en aquella temporada (1946, Panyella, Pieré y Murgia). El citado Panyella junto con Alberto Casasallas, trazan aquel mismo año la Pany-Haus -vía así bautizada haciendo honor a sus respectivos motes- y que es la más clásica de todos los mallos de Riglos.

La última conquista que cerraría la etapa de primeras ascensiones a las cumbres aconteció ya en los años 50 y entre los protagonistas aparece por primera vez el nombre de uno de nuestros escaladores. Así en 1953 M. Besc6s, A. López y A. Rabadá logran la escalada del Puro.


"Serón-Millán" una vía clave

Tras la primera ascensión al Puro del Pisón (1953) los vecinos de Riglos se despiden de los montañeros en el apeadero. De izquierda a derecha: Manolo Bescós, el juez, Ángel López ante la puerta, Ángel Serón, Alberto Rabadá y el alcalde de Riglos. Foto: Rafael Montaner. A partir de aquí comienzan Rabadá y Navarro, bien juntos o bien por separado, una asombrosa serie de realizaciones. Dentro de los mallos de Riglos, Rabadá junto con Montaner, Díaz y López trazan en 1957 un itinerario directo en la cara sur del mallo Pisón, la vía Serón-Millán. Esta ruta fue una auténtica llave que permitió franquear una importante barrera a aquella generación. Tardó 17 años en ser repetida. Continuando en Riglos, en 1958 le toca el turno a la cara oeste del Fire; E. Navarro junto con R. Lígorred y L. Lázaro inauguran la vía Luís Villar, otra de las grandes clásicas del macizo. Aquel mismo año se traza en el Pisón la Anglada-Guillamón, por estos dos escaladores catalanes.

Otras vías trazadas en aquellos años dentro de Riglos fueron la directa nordeste de la Peña don Justo (Rabadá y Navarro, 1959); Ursí al macizo del Pizón ( Navarro y Abajo, 1961); Rosaleda (Rabadá y Navarro con Bescós y López, 1960); Galletas al Fire (Rabadá y Montaner en 1959) y otras primeras en la Aguja Roja, el mallo Capaz, la Peña don Justo, el Tornillo, etc.


Escaladas en Pirineos

M. Bescós y A. Rabadá (asegurando) durante la primera ascensión de esta vía. Foto: Ángel López. Aquellas escaladas fueron combinadas por Rabadá y Navarro con esporádicas salidas a otros lugares, principalmente a la zona pirenaica más cercana a la ciudad donde residían. Dentro de sus actividades no desdeñaban las grandes clásicas como las crestas del Diablo, a la sazón catalogadas como MD sup., pero sobre todo también lograron notables primeras como el espolón central de Peña Telera, por Rabadá con Vicente en 1960; nordeste de la Gran Aguja de Ansabere (1958 Rabadá y Mustienes); norte del Aspe (Rabadá y Navarro en 1962); o la desconocida norte del pico del &AACUTE;guila (Rabadá con Bescós y Montaner en 1959).

Pero es en el valle de Ordesa donde más notable resulta su actividad pirenaica. Por motivos laborales los escaladores franceses Ravier, Blottí, Dufourmantelle, Jaccous y Kahn les "roban" la primera de la cara sur del Tozal del Mallo, vía que repiten dos meses después Rabadá, Bescós y Montaner (junio de 1957).

El mismo Rabadá junto con J. J. Díaz, realiza la primera del espolón este del Tozal (agosto de 1959). Por último Rabadá, Navarro y el citado J. J. Díaz ascienden, poco antes de marchar para el Eiger (junio de 1963) la primera escalada de la vía de las Brujas, también al Tozal.


Tres escaladas históricas

A pesar de tan abrumador número de escaladas, llevadas a cabo en un escaso período de siete años, Rabadá y Navarro realizaron tres escaladas más que representan no sólo lo mejor de su hacer ni el de su generación sino los más importantes realizados nunca en nuestro país y, aún hoy en día, treinta años después, de los más bellos jamás trazados. Nos estamos refiriendo sin duda al espolón este del Gallinero, el espolón sudeste del Fire y la cara oeste del Naranjo de Bulnes.

Los tres itinerarios fueron trazados por Alberto Rabadá y Ernesto Navarro en exclusiva. Parece como si cuando escalaban ellos dos solos se complementaran más y el compromiso fuera mayor. El espolón este del Gallinero, en el valle de Ordesa fue el primero en ser trazado.

Rabadá (gorro rojo) y Navarro preparándose al pie de la norte del Eiger. Colección Félix Méndez. Lo hicieron los días 15, 16 y 17 de agosto de 1961. El itinerario, con un recorrido cercano a los 500 metros, cruza un terreno extraplomado, de manera especial el gran techo central, delicado largo en roca descompuesta que precisó 20 clavijas para ser superado. La importancia del itinerario lo subraya el hecho de que no es repetido hasta 1969, por escaladores de una generación posterior.

La escalada del espolón sudeste del mallo Fire causó admiración en todos los círculos alpinos del país, así como en el sur de Francia. El aspecto compacto y repelente de este auténtico pilar cuajado de panzas y extraplomo hace aún hoy dudar de la posibilidad de ascender por él. Sin embargo, Rabadá y Navarro acometieron su escalada con convicción y, siguiendo una increíble metodología y una sorprendente intuición consiguieron los días del 12 al 16 de octubre de 1961 su primera ascensión. El recorrido evitaba, con continuas travesías, los grandes extraplomos y de esta manera evitaron colocar ni un solo buril. Si bien este itinerario no tardó tanto tiempo en ser repetido -Ursicinio Abajo y J. Ibarzo, dos escaladores formados en Riglos logran la 2ª ascensión poco después- sus escaladas hasta finales de los 70 se cuentan con los dedos de las manos. Así la cuarta ascensión data de 1975 y está protagonizada por dos jóvenes y brillantes escaladores madrileños: Rodolfo Asas y Santiago Hernández.

El valor del itinerario hay que medirlo en el grado de compromiso aceptado por Rabadá y Navarro en un itinerario de semejante magnitud que a pesar de ser relativamente corto -300 metros- supuso un desafío psicológico del que todavía no se ve libre el escalador que emprende su ascensión. Los más de sesenta buriles que hoy jalonan el itinerario, la escasez de sus ascensiones hasta épocas bien recientes y el que gran parte de ellas tuvieran que ser auxiliadas desde la punta de la cumbre No Importa, debido a su agotamiento más psicológico que físico son buena prueba de todo lo dicho.


La vía de las vías

Ernesto Navarro en un momento de la trágica escalada de la norte del Eiger (agosto de 1963). Colección Félix Méndez. Si de alguna manera hubiera que catalogar la vía Rabadá-Navarro de la cara oeste del Naranjo de Bulnes, en los Picos de Europa, no podría ser definida de ninguna otra manera. Su ascensión es la obra maestra de los dos escaladores zaragozanos y su importancia resulta trascendental. Recordemos que antes de realizarse esta ascensión en el Naranjo de Bulnes están trazadas además de las tres vías clásicas de la cara sur -Víctor, Directísima y del Paso Horizontal- la del Cainejo y Marqués de Villaviciosa y la de Schulze, el espolón noroeste (Alfonso Martínez, Carleto Re y Paco Pérez, 1953), la Régil (hermanos Régil, 1955) y la Cepeda (Pedro Udaondo, Jaime Cepeda y M. Jesús Aldecoa, 1955). Y al Naranjo solamente se había logrado la primera invernal (Ángel Landa y Pedro Udaondo, 1956), ascensiones todas protagonizadas por escaladores muy próximos o pertenecientes a la generación de Rabadá y Navarro.

Con este panorama no resulta aventurado pensar que la pared oeste no podía ser contemplada como un objeto factible, al menos por el momento. Sin embargo, Rabadá, ya había puesto sus ojos en el impresionante muro y tras un minucioso estudio de sus grietas y fracturas, concluyó que su escalada entraba dentro de lo posible. De esta manera, el 15 de agosto de 1962 comenzaron la escalada que culminan el 21 de agosto, tras realizar cuatro vivacs en pared y abandonar la escalada por las cornisas de los Tiros de la Torca para proveerse de más material.

La escalada discurre por el itinerario más lógico al que obligan las fisuras de la roca. Sólo en contadas ocasiones -superada la gran lastra y en la travesía- recurrieron Rabadá y Navarro al empleo del buril. Sin él la escalada no podría haber sido realizada en aquel entonces.

Alberto Rabadá en otro momento de la trágica escalada de la norte del Eiger (agosto de 1963). Colección Félix Méndez. Con su escalada demostraron hasta donde podía llegar la audacia y la intuición demostrada sólo parcialmente en otras ascensiones. Lanzarse por la lisa panza de la travesía desde la segura repisa de los Tiros rumbo a lo desconocido es algo que sobrecoge a todos los que realizan el recorrido por vez primera. La ruta fue repetida al año siguiente por los vascos Régil, Villar y Rosén. En 1963 los maños Abajo e Ibarzo realizaron la tercera ascensión. En 1967 Lastra y Caro hacen la cuarta, mientras que en 1968 se asciende dos veces más.

Ernesto Navarro escalando en Riglos. Foto: Miguel Vidal. Lo lógico del itinerario, la franqueza de la roca y la belleza de sus pasos ha hecho que esta escalada sea la más clásica y bonita del Naranjo, pudiendo ser considerado como el más bello de todos los Picos de Europa. Pero no es sólo eso.

El valor de la Rabadá-Navarro a la cara oeste del Naranjo de Bulnes radica en su importancia, que dentro del alpinismo español tiene idéntico valor al de la escalada realizada por Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa y Gregorio Pérez "El Cainejo", cuando realizaron la primera ascensión del Naranjo de Bulnes.

Si aquella memorable escalada es tratada como el nacimiento del alpinismo en nuestro país. La realización de Rabadá y Navarro en la cara oeste del mismo Naranjo de Bulnes debe ser considerada como la consolidación de la escalada de dificultad en España. Con ella nuestro alpinismo consigue la mayoría de edad y puede ofrecer una ruta de idéntico calibre que las ascensiones de la época realizadas en cualquier pared de los Alpes occidentales, orientales o las Dolomitas.


Algunas escaladas contemporáneas

El flamante descapotables que se compró el grupo de amigos maños. Rafael Montaner (con la rueda), Ángel López -Cintero-, Pepe Díz calzando la rueda, Vicente -Nanin- (tumbado) y Alberto Rabadá (de pie). Colección Rafael Montaner. Conocer las más notables realizaciones de los escaladores de otros lugares nos ayudará a colocar en su justo lugar a las figuras de Rabadá y Navarro, así como a las escaladas que protagonizaron. Analizaremos el período comprendido entre 1957 y 1963, fechas entre las que realizaron sus mejores itinerarios. 1957: Noroeste Half Dome (Jerry Gallwas, Royal Robbins, Michael Sherrick); diedro Philip Flamm, noroeste Civeta; Pilar del &AACUTE;ngulo (Bonatti, Gobbi). 1958: Nose al Capitán (Warren Harding, Wayne Merry, George Withmore); directa Brandler Hasse, Cima Grande Lavaredo. 1959: Franceses Oeste Lavaredo (Couzy, Desmaison, Maceaud); controvertida ascensión al Cerro Torre, Patagonia por Tonni Egger y Cesari Maestri. 1961: Salathe al Capitán (Chuck Pratt, Tom Frost, Royal Robbins); Pilar Central de Freney (Bonington, Whillans, Clough, Dlugosz); primera invernal clásica del Eiger (Hiebeler, Kinshofer, Almberger y Mannhardt). 1962: Directa americana Dru (Hemmings, Harlin, Robbins). 1963: Sur de la Aguja del Loco Miguel Vidal-Cantos filmando. Colección: Miguel Vidal-Cantos. (Harlin, Hemmings, Frost); primera solitaria clásica norte del Eiger (Michael DarbelIay). Tal y como hemos visto al comienzo de estas líneas, todas estas vías se realizaron con un material más sofisticado que el manejado por Rabadá y Navarro y, lo que resulta más importante, dentro de una sólida tradición alpina, que en nuestro caso resultaba menos consolidada. A pesar de todo ello los itinerarios de Alberto Rabadá y Ernesto Navarro, de manera especial la cara oeste del Naranjo, el espolón sudeste del Fire y el espolón este del Gallinero para nada desmerecen de los más prestigiosos trazados en aquel corto período de tiempo.

Cuando Rabadá y Navarro murieron en la pared norte del Eiger contaban respectivamente con 29 y 28 años. No estamos aquí para especular sobre qué habrían realizado o hasta donde podrían haber negado, pero no resulta difícil dejar volar la imaginación y pensar que aquella nefasta escalada hubiera concluido con éxito. Hoy, en su historia, brillarían muchas otras rutas de mayor prestigio y, no me cabe la menor duda de ello, por su ejemplo todos nosotros escalaríamos hoy mucho más y mejor.


Alfredo MERINO.

(Artículo extraido íntegramente de la revista "Desnivel", nº55 )

23 de julio de 2008

Bobinos (Bos taurus)

Cuantas veces las habremos visto por los prados, quietas, pastando, sentadas, mirandonos intimidantemente, siguiendo nuestros movimientos con su cabeza. Y que pocas veces nos habremos interesado por esta especie de mamifero domesticado por el hombre hace muchos años.

Aqui os pongo un articulo (sacado de Wikipedia en su mayoría), sobre este genial animal, que solo recordamos cuando nos apretamos un buen chuleton de lomo bajo o degustamos un buen queso de vaca curado.

Un pequeño homenaje a un rumiante cuya aportación a la alimentación humana, nos acompañara desde nuetro destete materno.

Mamífero rumiante de la familia bóvidos (Bos taurus), de unos 2,5 m de longitud, 1,5 de altura, cabeza gruesa y armada de dos cuernos. La piel es dura, cubierta de pelo corto, y la cola larga, terminada en un mechón de pelos.

A las hembras se les llama vaca y a los machos toros (si han sido castrados entonces son bueyes (1) ). Las crías de la vaca son los terneros o becerros y los ejemplares jóvenes son conocidos como: añojos cuando cumplen un año, erales cuando tienen más de un año y no llegan a los dos, y novillos hasta la edad adulta (también nos podemos encontrar con que a los animales de más de dos años y menos de tres se les llame utreros y cuatreños cuando tienen cuatro). La cría y utilización de estos animales por parte del hombre se conoce como ganado bovino.

La Vaca Tora es la vaca que se encuentra en celo. Este nombre viene dado por su comportamiento, ya que la excitación del animal provoca que actúe como un toro, montando y siendo montada por otras vacas.

Además de la propia raza, se emplean diferentes formas de clasificación individual como bien pueden ser la disposición y forma de la cuerna o la capa (color del pelaje).

Origen de la especie

Hay una gran controversia al respecto, no se ponen completamente de acuerdo, de manera que hay varias hipótesis que lo explican, que se pueden resumir, de forma no muy ortodoxa, en dos:

* El origen del ganado bovino actual, únicamente es el primitivo, que da lugar posteriormente al brachyceros y, éste, a todas las razas bovinas modernas.

* Varias poblaciones prehistóricas de uros, evolucionaron paralelamente dando lugar a dos especies: primigenius brachyceros —quizá, algunas más— que originaron todas las razas bovinas actuales.

Razas españolas

* Albera, Masanesa o Fagina (franco-española)

* Alistano-Sanabresa

* Asturiana de la montaña o Casina

* Asturiana de los Valles

* Avileña-Negra ibérica

* Betizu

* Berrenda en Negro

* Berrenda en Rojo

* Blanca cacereña

* Bruna del Pirineo

* Cachena o Pisca (autóctona de España y Portugal)

* Caldeana

* Canaria o Criolla

* Cárdena Andaluza

* Frieresa

* Gochona entelarada asturleonesa

* Lidia

El toro de lidia es un bovino criado y seleccionado por el hombre en los últimos tres siglos, con fines comerciales, destinado a espectáculos taurinos. Procede de las razas autóctonas españolas (el llamado «tronco ibérico»), que viven en la Península Ibérica desde tiempo inmemorial y que propició las formas más primitivas de tauromaquia. Algunos especialistas consideran que es el descendiente más directo del uro –el antepasado de todas las razas bovinas actuales– ya que, además de su rusticidad y su vida salvaje (dotado para sobrevivir en la naturaleza sin ayuda humana), comparte con él numerosas características fenotípicas. Conserva sus instintos atávicos de defensa y los atributos físicos (astas grandes y hacia adelante, potente aparato locomotor) que los bovinos del resto de Europa, seleccionados para consumo de carne y leche, han perdido.

Lo que distingue al toro de lidia es una mezcla de atributos físicos y temperamentales, que se sintetizan en la llamada bravura, por lo que también se le conoce como toro bravo. La bravura es la combinación equilibrada entre casta (es decir, instinto agresivo) y nobleza (es decir, ingenuidad). Si una de las dos falta, el resultado suele ser la mansedumbre, y lo hace inservible para la lidia.

* Limiá

* Mallorquina

* Mantequera leonesa (extinta)

* Marismeña o Mostrenca

* Menorquina o Mahonesa

* Monchina

* Morucha o Salmantina

* Murciana o Levantina

* Negra andaluza

* Pajuna o serrana

* Pallaresa

* Vaca Palmera

* Parda de Montaña o Parda de León

* Pasiega

* Pirenaica

* del Pirineo Central o de Sent Gironç i de l'Aura

* Retinta

* Rubia gallega

* Salinera andaluza

* Sayaguesa o Zamorana

* Serrana Negra

* Terreña

* Tudanca

* Verinesa

* Vianesa

Partes de la Vaca

Esqueleto de la Vaca



(1) Buey: Nombre que se le da al macho bovino (toro) castrado, dedicado específicamente al engorde y sacrificio, y, antiguamente también a la realización de tareas agrícolas como tirar de arados y carros, algo que se continúa haciendo en Asturias, Cantabria y el País Vasco (España) como evento folklórico-deportivo.En Andalucia Occidental se utiliza para engancharlos en las carretas de las distintas romerias (Ej. Romeria del Rocio). En un raza de bovino, se puede llamar también "buey salvaje" a cualquier miembro no doméstico del género Bos, como el gaur, el banteng, el kuprey o el extinto uro.

Cuco (Cuculus canorus)


Ningún canto de ave es tan conocido ni tan impacientemente esperado como el del Cuco Común. También es verdad que pocos son tan fáciles de recordar como el sonoro «cu-cu» que anuncia la llegada de la primavera.

Llega a nuestras tierras en marzo, cuando los árboles comienzan a cubrirse de hojas y lo ocultan; en esta primera época cantan macho y hembra, particularmente el primero.

El Cuco Común está distribuido prácticamente por todo el país. Los adultos parten hacia Africa, donde pasarán el invierno, una vez realizada la puesta en julio: cada huevo es abandonado entonces a su suerte en el nido de un anfitrión involuntario. Los jóvenes marchan más tarde, en agosto-septiembre, sin ser guiados por sus padres, a los que no conocieron nunca. Por otra parte, el cuco emigra de noche y aisladamente. Existe, pues, de forma cierta en este caso, un sentido innato de navegación, que permite a los jóvenes encontrar el rumbo de sus cuarteles de invierno. Se desplazan hacia el sudoeste, en un largo viaje en solitario que les lleva, tras cruzar el Sahara, hasta los bosques ecuatoriales, donde hallan por fin el refugio invernal de su especie.

Identificación: Cabeza y dorso gris, partes inferiores barradas; distinguible del Gavilán por su pico fino, alas puntiagudas y graduadas, cola moteada; canto característico; sexos iguales, aunque hay una rara variedad en que la hembra está coloreada de castaño y barrada por encima y debajo; los jóvenes son castaños y barrados, con manchas blancas en la cabeza.

Nidificación: Cada hembra vigila un vasto territorio, en busca de nidos en construcción, y observa el comienzo de la puesta ajena. Aprovecha el momento en que los propietarios están ausentes para poner en el nido elegido, generalmente por la tarde, mientras que aquéllos ponen, en su mayoría, a primeras horas de la mañana. Con intervalos de 48 horas, el Cuco hembra pone de 12 a 13 huevos en otros tantos nidos, hurtando de cada uno un huevo para restablecer su número. Principalmente son parasitizadas las siguientes aves: Carriceros, Acentor Común, Bisbitas, seguidos de Chochín, Petirrojo, Carricerines y Lavanderas.
El polluelo del Cuco arroja del nidolos demás huevos y ha cualquier otro polluelo que haya en él. (menudo cabrón)

Alimentación: Insectos, especialmente grandes orugas; también arañas, ciempiés y lombrices de tierra; los pollos comparten la dieta de las aves que parasitizan, habitualmente, insectos, pero a veces semillas, como cuando los padres adoptivos son pardillos.

Hábitat: Frecuente en bosques

22 de julio de 2008

Frases y Citas

"Hay que hacer las cosas para las que sabes que estás preparado y, antes de que pase nada, hay que darse la vuelta. Ninguna montaña merece que te dejes ni un solo dedo por congelación" Carlos Soria

"Vive tu vida como si subieras una montaña. De vez en cuando mira la cumbre, pero más importante es admirar las cosas bellas del camino. Sube despacio, firme, y disfruta cada momento. Las vistas desde la cima serán el regalo perfecto tras el viaje" Harold V. Melchert

“En la montaña nada hay que reemplace la experiencia.” Louis Audoubert

“Escalad si queréis, pero recordad que el valor y la fuerza no son nada sin la prudencia, y que un momento de negligencia puede destruir la felicidad de toda una vida.” Edward Whymper

“El camino de la montaña, como el de la vida, no se recorre con las piernas, sino con el corazón.” Andrés Nadal


11 de julio de 2008

La Cara



Lejano y conocido Risco de nuestra querida Pedriza, surcado por unas pocas y cortas fisuras, y algun que otro diedro.

También es una buena zona para practicar el artificial desquipado.

En esta ocasión, se trata de un antiguo artificial que ahora sale en libre..... quien haga 6c de fisura claro, porque la primera parte no te entra ni la primera falanje de los dedos. Se trata del Diedro S.D.E.. Un corta y fina fisura, da paso al estrecho diedro. Muy bonita.




Risco de las Tres Puntas


Risco situado en los altos de medina, ideal para iniciarse y practicar la escalada en fisuras coma la Rectilínea o la Curvilínea.
En libre, o en artificial, este risco te permite recorrer sus escasos 10 metros a la sombrita alguna mañana de verano.
Las fotos que podéis ver a continuación son de la Curvilínea en arifo, como no.
Empezando con microfisureros, en seguida se ensancha la fisura para meter friends de los que tranquilizan el coco.
Este risco, junto con un diedro que hay un poco mas abajo en frente del Cancho de los Brezos, haran que disfrutes de una mañana de artifo cerquita de Cantoco.

Diedro cercano al las placas del Cancho Butrón



Al lado del Cancho Butron, tenemos este corto pero disfrutón Diedro, que nos hará pasar un buen rato cacharreando con friends de buen tamaño.
Con una entrada algo desplomada y con fisura de dedos, iremos ascendiendo por el diedro cuya fisura se irá ensanchando cada vez más.
Para destrepar se puede montar Reu en un arbol que hay un pelín lejos al fondo en la cumbre.
Via como alternativa a practicas de artifo en riscos como el de Las Tres Puntas en los Altos de Media.

10 de julio de 2008

¿Quién?

¿Quién decide?

¿Quién critica?

¿Quién respeta?

¿Quién se exalta?

¿Quién juzga?

¿Quién justifica?

¿Quién sobra?

¿Quién no tiene derecho?

¿Quién lo tiene?

¿Quién roba?

¿Quién dicta sentencia?

¿Quién está libre de culpa?

¿Quién oculta?

¿Quién protege?

¿Quién sabe y calla?

¿Quién no sabe y habla?

¿Quién mira para otro lado?

¿Quién anima?

¿Quién desanima?

¿Quién se conoce?

¿Quién cree conocerse?

¿Quién se molesta?

¿Quién molesta?

¿Quién da la cara?

¿Quién convive?

¿Quién disfruta?

¿Quién padece?

¡Bien!, creo que estamos todos....

2 de julio de 2008

Oda a la Pedriza



Que tienes que no me cuesta madrugar para verte,

que deseo abrazarme a tus faldas y perderme,

que deseo seas mujer para quererte.


Que haces de mí un pobre loco,

que me hechizas, que me ciegas que me enamoras,

que me hipnotizas con tus luces, con tus cumbres, con tus sombras.


Quiero recorrer tus caminos, tus sendas, tus valles,

quiero recorrerlas y aprender de ti, de tus secretos, de tus leyendas.

Me adentro en ti y te observo con detalle,

observo cada risco, cada roca, cada cristal que te da forma.


Permíteme robarte, por un momento, tu olor a jaras, a flores, a vida.

Permíteme bañarme en tus aguas, en tus ríos, en tus fuentes.

Donde venden esa tranquilidad que respiro cuando estoy contigo,

donde puedo encontrar los colores con que pintaron tus atardeceres.


Quiero conocerte entera y no puedo,

quiero recorrerte entera y me pierdo, siempre me pierdo,

me pierdo entre tus paredes, entre tus misterios, entre tus verdades.


Me conformo con estar contigo, con verte, con tocarte,

me conformo con que estés ahí, para mí, para siempre.