20 de septiembre de 2010

X Cross al Yelmo ¡Conseguido!


Día: diecinueve de septiembre de dos mil diez

Hora: Diez de la mañana

Lugar: Plaza del Ayuntamiento de Manzanares el Real

Emoción, sufrimiento, ganas de parar y recobrar el aliento. El asfalto de la Av. De la Pedriza se hace muy duro. Mantengo un ritmo suave pese a que me pasa más y más gente.

Todavía quedan muchos kilómetros, prácticamente toda la carrera por delante.

Miro el reloj, voy bien de tiempo, bien para que no llegue más tarde de los 25 min al Tranco y me descalifiquen.

Sé que en Casa Julián habrá tapón en la subida y eso me permitirá recuperar algo.

Da igual, tapón o no, corriendo o andando tengo el corazón a tope.


Calentando antes de la salida

La gente anima. Siempre hay mucha gente animando en esta carrera, y eso se agradece muchísimo. Hay que estar ahí sufriendo para sentir los gritos de ánimo del pueblo, de la gente.

Se hace raro que alguien anime a un corredor cuando este va andando. Pero ahí están, dando ánimos para continuar, para no parar, para superarte un año más, aplaudiendo tu patética actuación.

Niños, niñas, jóvenes, mayores…Las vecinas de más edad de Manzanares salen a sus balcones aplaudiendo. No dejan de aplaudir desde que pasa el primer corredor hasta que pasa el último, y eso, os aseguro que es de agradecer. Todo el pueblo se vuelca.

Desde que dejas el duro asfalto hasta que entras en meta, hay gente por todos lados, en cada risco, en cada piedra, en cada hueco que les permita acomodarse para ver pasar a los corredores, a los participantes, a los buenos, a los mediocres, a los malos y luego al Patxi.


Salida

Me duele el pecho. No quiero parar.

Desde el año pasado no había vuelto a pasar por la senda Carbonera. No se cuanto queda para la Gran Cañada pero voy jodido…como siempre!

Mis manos resbalan sobre mis rodillas al apoyarlas para superar mejor la subida. Me suda todo el cuerpo. No llevo ni 30 minutos de carrera y ya estoy deseando parar, tumbarme encima de una piedra y disfrutar de la maravillosa mañana que nos ha brindado hoy nuestra querida Guadarrama. Pero no puedo, hay que seguir para arriba, hay que seguir sufriendo, al fin y al cabo estamos aquí para eso, para sufrir. Unos sufren para bajar tiempo y terminar en buena posición y otros, como el que escribe, para terminar, para llegar entero, para llegar con la cabeza alta, aunque solo sea los cinco segundos desde que entras en la plaza hasta que pasas la meta.

Ya estoy en la Gran Cañada. El cansancio no me permite disfrutar del paisaje tan excepcional como es esta gran pradera. Una perfecta división entre las moles que conducen al Yelmo. Un collado que permite respirar al caminante, al corredor, al montañero que decide recorrer una vez más este majestuoso paraje. Un cruce de caminos entre los muchos que existen en La Pedriza.


Alfonso en faena...

Descanso treinta segundos mientras me hidrato y recupero el aliento. Aunque la verdad, que poco aliento se puede recuperar en treinta segundos. Necesitaría cinco minutos por lo menos para cargar de nuevo las pilas, pero no hay tiempo.

Toca ahora afrontar la subida más alegre. Desde la Gran Cañada hasta la Pradera del Yelmo al desnivel es mayor, la senda se hace más dura. La geología a querido poner unos escalones generosos entre nuestras tan queridas piedras de granito.

El tapón se acentúa, las caras se alargan, los movimientos se ralentizan. Cuesta creer como hemos podido pasar por esta subida tantas veces cargados como mulas, riendo y contando batallitas y ahora, que vamos andando y sin peso, no podemos ni mirar al frente.

La subida se suaviza y se puede observar cómo se va abriendo el plano que nos encuadra la inmensidad de la cara sur del Yelmo. Esto me anima a volver a trotar.



Se ve a gente en la Hermosilla, pero el resto de la pared parece vacía. Tampoco le presto mucha atención a las demás vías. No tengo yo la cabeza para buscar escaladores.

Ya estoy en la Pradera. Otro respiro, otro trago y otro año que termino la subida entero o…. medio entero.

Ahora toca afrontar la bajada. Una bajada muy técnica, quizá la más técnica de las bajadas que haya hecho yo en carreras por montaña.

La piedra está mojada. En ocasiones la senda desaparece y ello te obliga a bajar de piedra en piedra. Hay que andarse con mucho ojo en la primera parte de la bajada una vez metidos en la Senda Maeso, o senda de la Rinconada.

Las manos se usan constantemente. El fuerte desnivel y la posición de las piedras obligan a agacharse para mantener mejor el equilibrio. Un resbalón en esta zona sería peligroso.


Andando...como tantas veces

Parece que termina la parte más técnica y se puede trotar de nuevo por cómoda senda.

Consigo realizar algún adelantamiento. El cansancio parece que desaparece. Los cuádriceps me van frenando en vez de tirar de ellos como en la subida, por ello la sensación de menor cansancio. Pero la paliza está ahí, dentro de mis piernas.

Llego a de nuevo a la Gran Cañada. Nuevo avituallamiento líquido y nuevos ánimos.

Collado de la Cueva, .-¡bien!-., ya no queda nada para llegar al pueblo.

Sé que la última parte se va ha hacer muy dura. Recuerdo que el año pasado se me hizo interminable, pero estoy deseando poder trotar sin estar pendiente del terreno. Trotar pudiendo echar la vista unos metros hacia adelante, en vez de ver constantemente la puntera de mis zapatillas.


De bajda ya por la Maeso


Hay gente animando a la entrada del pueblo.

-¡Vamos chaval!, que ya no te queda nada!-.

Las primeras pendientes de asfalto son muy pronunciadas y no hay que dejarse llevar por la inercia. La gente saluda y anima. Aplaude, sonríe, alienta.

Algunos indican el recorrido pues entre que es un laberinto y uno está que se muere, solo me faltaba equivocarme y tener que retroceder.



Esto se hace interminable. No puedo ni quiero apretar. No tengo fuelle.

Como no llegue pronto a la meta voy a caer exhausto.

No se donde estoy, no reconozco esta parte del pueblo y eso me desconcierta. No se cuanto me queda.

Alfonso entrando ne Meta

“Tienda El Refugio”, ¡bien!, ya estoy en la meta. Entro en la plaza que está abarrotada de gente.

No tengo fuerzas ni para levantar los brazos.

¡He llegado! ¡He terminado!

¡He conseguido mi segundo Cross al Yelmo!


¡Meta! (1h 46')

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres un monstruo Patxirulo, otro más al talego.

Un saludo

Antiguo Pedricero

El Patxi dijo...

Anda que os animáis alguno de mis compañeros de cordada algún año a acompañarme en este preciosa carrera.

Que no todo es calzarse el arnes...je,je.

Gracias Antiguo Pedricero, nos vemos por la Pedri.

javi_varek dijo...

Con ese alegre trote vas a llevar los "hierros" para trepar como si nada...

Nos vemos Patxi!!!

Saludos y enhorabuena por ese carrerón!!!

josefer dijo...

Enhorabuena Patxi. Menudo monstruo, ¡jó!, con la sudada que me pegué yo el sábado para llegar a la Gran Cañada y encima más de una hora entre la subida y la bajada y tú, como si nada, 1h 46' del pueblo a El Yelmo y bajada al pueblo. Lo dicho tío, un monstruo. A mí me ha cansado sólo ver las fotos.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Josefer, las fotos muestran la triste realidad.Iba completamente agotado. Dándolo todo....

Hoy me cuesta hasta ponerme los zapatos..je,je,je. Pero, al igual queel año pasado, merecio muchísimo la pena.

Jesus de la Morena, el que casi siempre gana este tipo de pruebas, lo hizo en menos de una hora. Increible....BAJAR DE LA HORA.....

Yo, con terminarlo, me doy por satisfescho.

Un abrazo, nos vemos.

El Patxi.

Anónimo dijo...

¿Como va el dia despues?
Yo cansao pero entero.

Buen relato, en dos semanas a por el cross de la pedri!

Alfonso

Anónimo dijo...

Jodio Alfondo, jodido...

En dos semanas....no tendré fuerzas ni para relatar el Cross...je,je,je.

El Patxi

Raúl dijo...

Ese Patxi!
Me alegro de que pudieras disfrutar de un día tan bueno. Una pena no haber podido compartir el recorrido este año. Suerte con el Cross de la Pedriza!
Abrazo
Raúl

Ara dijo...

¡¡..ENHORABUENA Patxi..!!!
(un año más)

El Domingo sabía ke estarías entre las jaras dándolo todo..
Un besazo y hasta pronto!

Ara(Chili)