7 de junio de 2010

Txindoki (1.346 m)

Llevábamos bastante tiempo detrás de subir este monte vasco, situado en la parte Gipuzkoana de la Sierra de Aralar , conocido también como el Cervino vasco por su semejanza al Cervino en cuanto a su silueta.

Pero no solo su silueta recuerda al Cervino, los pastos, bosques y praderas de esta zona poco tienen que envidiar a las más verdes praderas suizas. Incluso el idioma que hablan las gentes de estos valles también se hace difícil de entender como el suizo….je,je, ya que, salvo raras excepciones, todo el mundo habla en Euskera por aquí.





El Txindoki es un monte vasco muy conocido y ascendido. Quizá para los que son de fuera de Euskal Herría, no es tan famoso como el Gorbea o el Aizkorri, pero para la gente vasca es un monte de reconocido prestigio.



Tan solo te separan un par de horas desde el aparcamiento de Larraitz de su cima, pero son dos horas en las que no te da respiro alguno.

Desde que pasas la barrera que impide que se escape el ganado, hasta que coronas su cumbre, o te paras a pillar aliento, o no esperes llano alguno para ese menester.



La sombra es otra de las ausentes en todo el recorrido, salvo en la parte mas baja que se atraviesa un corto pinar. Así que, si el día te sale despejado y caluroso como fue en nuestro caso, mas te vale subirte un buen par de litros de agua que, ten por seguro, te harán falta. Eso si no eres de la zona, ya que la banda subía y bajaba sin agua, sin gorra ...vamos!!, como quien se va a dar un paseo por el Puricelli en pleno mes de mayo…en fin.. luego no me extraña que estas tierras den a Juanitos y Edurnes, Lazkanos y Tamayos, grandes ochomilistas conocidos por todos.

Al fondo el Auza-Gaztelu


Según se va ganando altura, y como ya os he comentado eso es desde el primer paso, se pueden apreciar los verdes prados de pastos que rodean las laderas del Txindoki, mientras vamos calentando por la pista principal de la ascensión.


Al rato un cartel nos marca una senda ancha y bien marcada, por la que iremos “atajando” y nos conducirá a la zona de pinar que, en menos de cinco minutos, sobrepasaremos para dar paso a unas impresionantes vistas del Auza-Gaztelu cima menor de la Sierra de Aralar.


Poco metros más adelante nos dará la vida la fresca y transparente agua que emana de la fuente “Oria iturri”. No se puede decir que su caudal sea muy generoso, pero desde luego muy agradecido.


El camino deja paso a la senda. Sin bajar la guardia en ningún momento en cuanto al desnivel, iremos ganando metros entre paso y paso. Aparecen las primeras floraciones de calizas, muy lavadas y resbaladizas, adornadas de vez en cuando por margaritas, dientes de león o botones de oro, flora primaveral muy típica en montaña.


Vacas, caballos y más alejados, rebaños de ovejas, pastan en estas laderas gipuzkoanas.


Al rato pasaremos por una borda. La senda, embarrada por algún hilillo de agua, nos irá aproximando al collado de Egurral, punto de entrada a lo más duro de la ascensión.



Una subida empinada sobre escalones de tierra, dará paso a la piedra caliza hasta alcanzar la cumbre de este magnífico monte euskaldun.



1.346 metros. Vistas preciosas de todo Aralar. Al Sur el Ganboa (1.412m), mas hacia el Este, en la zona Navarra, las Malloas con el Irumugarrieta (1.431m), cumbre más alta de Aralar y que coronamos ayer y el Balerdi (1.196m) que se ha quedado para la próxima visita a estas tierras.


Ha resultado una corta pero dura ascensión. Mucho calor, mucho desnivel y mucha alegría de coronar esta cima. En la foto de cumbre, no pudo salir la Neska, ya que la tuvimos que atar pues la cresta del Txindoki, sin ser muy peligrosa, no es como para que los perros anden libremente.

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