5 de mayo de 2009

Domingo Pliego, incansable y veterano andarín.


Acaba de publicar un nuevo libro, "Caminando por los escenarios de la Guerra Civil". Nos adelantamos a la presentación en público de esta obra para hacerle preguntas sobre lo que más le gusta hacer: andar y contarlo.

Domingo Pliego Vega nació en Madrid en 1934, amante de la Sierra, practica desde 1950 el excursionismo y el esquí. Ha recorrido diversos macizos españoles siendo los más frecuentados la Sierra de Guadarrama, Gredos y Pirineos. Desde 1984 simultanea estas actividades con la escritura de libros de montaña. Actualmente tiene cincuenta y cuatro obras publicadas a las que se suma Caminando por los escenarios de la Guerra Civil una guía para localizar los numerosos restos que esta contienda dejó dispersos por las montañas próximas a Madrid.
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¿Cuántos años llevas recorriendo las sierras del Rincón, Guadarrama y Malagón, de las que hablas en el libro?
Al final del Bachillerato ya iba con uno de mis tíos a cazar por tierras de Santa María de la Alameda, Robledo de Chavela y Navalperal. También hacía excursiones por la sierra con los compañeros de bachillerato, siempre por donde hubiera comunicaciones por tren, y comencé a subir a Navacerrada a esquiar con amigos mayores. En la segunda mitad de los años cincuenta me apunté a los GUM (Grupos Universitarios de Montaña), con los que recorrimos buena parte de la sierra, tanto en verano como en invierno, utilizando unas veces el tren y otras los autobuses de la organización. Después continué saliendo frecuentemente a la montaña, recorriendo otros macizos de España, sobre todo los Pirineos, pero volviendo siempre a Guadarrama. Como en aquellos tiempos casi nadie tenía coche, para empezar a recorrer la sierra del Rincón, que para nosotros fue siempre la Sierra Pobre, tuvimos que esperar hasta disponer de coche totalmente nuestro. Después la “pateamos bastante” durante largo tiempo, sobre todo para preparar mi libro de Itinerarios por la Sierra Pobre, también de Desnivel.
¿Qué fue lo que te llevó a interesarte ahora por los restos de la Guerra en la sierra?
Durante mucho tiempo los restos de la guerra que veíamos por la sierra en el transcurso de nuestras excursiones no significaban gran cosa para nosotros. Hace ya unos cuantos años, siendo amigo de Fernando Muñoz Guerra, antiguo Presidente de la FEM, comencé a interesarme por el tema de la guerra en la sierra y por la gente del Batallón Alpino, y comencé a prestar más atención a los restos que quedaba en la montaña. Pero por “cautela” o desconfianza, heredada de tiempos de la posguerra, no hablaba de este tema con casi nadie, y mucho menos con mi propia familia, comentándolo solamente con unos pocos amigos.
¿Por qué decides hacer un libro con esta temática?
Creo que las sierras del entorno de Madrid se pueden contemplar bajo aspectos muy diversos y es posible proponer itinerarios en los que se pueden encontrar distintos contenidos. Unos de ellos son, sin duda, los de los escenarios de la Guerra civil en la sierra. Pero aún quedan muchos otros aspectos a los que se podría aplicar similar razonamiento, por ejemplo las vías pecuarias, las ermitas de los pueblos, los antiguos caminos, abandonados y en muchos casos ya desaparecidos, sobre viajes y viajeros notables o sobre la evolución de la vegetación.

¿Cómo comienzas a recopilar datos?
De viva voz, de antiguos combatientes, viejos amigos, familiares mayores. A los paisanos que no te conocen es difícil sacarles algo, yo creo que por la desconfianza que aún sigue latente. Es más fácil hablar con los pastores que andan solitarios por el campo, que con la gente de los pueblos, que desconfían de los “urbanitas”. Y, por supuesto, con paciencia, haciendo muchas salidas de campo para tratar de localizar los restos en el terreno, tomar sus datos (medidas, coordenadas, croquis, fotos). Por fortuna he tenido la suerte de ir casi siempre acompañado por mi mujer y por fieles amigos.

¿Ha sido muy difícil encontrar la información?
A mí me parece que no. Los documentos de la guerra fueron ya desclasificados en su mayoría y pueden ser consultados por cualquier ciudadano en los Archivos correspondientes. En cuanto a la bibliografía, extensísima, también se puede consultar en las bibliotecas habituales o en las especializadas. En cualquier caso lo más trabajoso es la localización sobre el terreno (a veces hemos tenido que ir unas cuantas veces a la misma zona para encontrar lo que buscábamos) y la toma de datos. Las salidas de campo con este propósito han sido, y son, numerosísimas, y pueden resultar algo aburridas, e incluso frustrantes a veces, para los acompañantes.
¿Qué fuentes has utilizado para documentarte?
Bibliografía sobre el tema, sobre el que hay cientos de libros editados. Información muy variada, hoy día disponible en internet, itinerarios, opiniones, fotografías. También he pasado unas cuantas horas consultando la documentación del Archivo Histórico Militar de Madrid y los mapas del Servicio Cartográfico del Ejército. En total, el libro tiene veintiocho itinerarios.
¿Cuál te parece más interesante?
Son veintiocho itinerarios seleccionados entre casi el centenar de los que tenemos información y que hemos recorrido, todos ellos en zonas de sierra.

¿El más interesante?
No hay uno sólo. Si es por el paisaje habría que mencionar media docena, pues en muchos casos las fortificaciones se encuentran situadas en lugares de la sierra con paisajes privilegiados. Si es por la vistosidad de los restos, también hay unos cuantos que reúnen esta condición, la Sevillana, la Cabeza (por Braojos), el cerro Manoteras (por las Herreras), las Navas del Marqués. Si es por los acontecimientos, la Peña del Alemán, Peguerinos, Cueva Valiente y los pinares de la Jarosa. A menudo se dan varias de estas condiciones en media docena de itinerarios. Resultaría imposible elegir uno de ellos como el mejor o el más interesante, ni dos, ni tres.

¿Ha habido algún resto que te haya sorprendido más por su significado?
Me han interesado bastante los relacionados con los primeros días de la guerra en los puertos: Somosierra, Navafría y el Alto del León, cuando los nacionales intentaron llegar enseguida a Madrid, sin conseguirlo. Y por Buitrago, la Peña del Alemán, donde combatió Rosario “La Dinamitera”, que vivió hasta hace poco tiempo.

¿Qué esperas aportar a los lectores de Caminando por los escenarios de la Guerra Civil?
Profundizar un poco más en el conocimiento de las sierras de Guadarrama, del Rincón y de Malagón, y de lo que hay en ellas. Y también sugerir unos itinerarios que nos lleven a evocar aquellos acontecimientos, tantos años silenciados.
¿Crees que el libro puede servir para consolidar las rutas de las que hablas como itinerarios temáticos históricos?
Aunque no es el fin primordial del libro, me gustaría que sirviera para apoyar la preservación de estos restos, que en mi opinión son patrimonio de todos, y quizá su utilización para crear rutas temáticas, e incluso museos, como en otros lugares de la geografía de España se ha hecho ya. Aquí, en Madrid, me sorprendió muy agradablemente la reconstrucción que vi el sábado día 24 de abril de este año en el cerro Manoteras, sobre el pequeño pueblo de las Herreras, en cuya cima hay cinco fortificaciones bastante llamativas, que ya conocíamos y de las que tengo fotos anteriores en estado semi-ruinoso. Han hecho un buen trabajo de recuperación y se ha señalizado una pequeña “Ruta de los Fortines”. Podría ser un primer paso en nuestra Comunidad.

Fuente www.desnivel.es

4 de mayo de 2009

A Bañarse en Calzoncillos en las Termas de Arnedillo


Arnedillo es un municipio de la comunidad autónoma de La Rioja. Se encuentra en la Rioja Baja, a pocos kilómetros de Arnedo, entre las sierras de Hez y Peñalmonte. Es atravesado por el río Cidacos.
El municipio es muy conocido por sus aguas termales que fluyen por varios manantiales. Algunos de ellos son aprovechados por un balneario cuyos orígenes podrían remontarse a época romana basándose en algunos vestigios encontrados y otros son de acceso libre conocidos como "Pozas".




El agua penetra en la tierra arenisca. Mientras toma profundidad va recogiendo diferentes componentes y aumentado su temperatura unos 3 °C cada 100 metros, llegando a alcanzar unos 120 °C al toparse con piedras calizas a unos 3500 metros de profundidad. Al descender hasta los 4000 metros se topa con arcillas impermeables sobre las que fluye hasta toparse con una nueva zona de calizas por la que asciende, llegando al exterior todavía caliente.

Estas aguas medicinales han sido clasificadas como clorurado sódicas, sulfatado cálcicas, bromuradas, con iones de magnesio, hierro, silicio y rubidio, radiactivas e hipertermales.
En el municipio se encuentran los yacimientos de "Las hoyas" y "La mata". El primero se sitúa cerca de Arnedillo, junto al barranco Vadillo y es de fácil acceso. En él se observan 10 huellas aisladas de dinosaurios probablemente carnívoros. De ellas siete son de tres dedos y las otras tres son huecos redondeados. Las tres mejor conservadas pueden ser un rastro. El segundo yacimiento se encuentra cerca de Peroblasco, en el paraje que le da nombre y es de acceso fácil. Contiene 19 huellas de carnívoro poco profundas pero bien formadas, de las que cuatro forman un rastro.


Durante el periodo Cretácico inferior formó parte de una llanura encharcada que se desecaba periódicamente, dejando atrás zonas fangosas en las que las huellas de dinosaurio quedaban marcadas a su paso. Con el tiempo éstas se secaban y cubrían con nuevos sedimentos cuyo peso prensaba las capas inferiores, haciéndolas solidificar en rocas con el paso de millones de años. La erosión ha ido desgastando las capas superiores haciendo visibles muchas de estas formaciones rocosas, permitiendo observar las icnitas (nombre científico utilizado para nombrar a las huellas fosilizadas de animales tales como las de dinosaurio.)

Fuente Wikipedia.



También podremos disfrutar de la Vía Verde del Cidacos que pasa por Arnedillo.
El río Cidacos es un pequeño afluente que, desde las laderas de las sierras de Cameros y Préjano, avena un fértil valle. Huertas y un pujante sector industrial hicieron posible la circulación de un modesto tren de vía estrecha.


Su trazado, desaparecido el ferrocarril, nos acerca hoy a aquellos dinosaurios del Jurásico que por aquí anduvieron y dejaron sus huellas.


Datos Vía Verde del Cidacos:

Localización: Entre Calahorra y Arnedillo (La Rioja)
Longitud: 34,1 kms
Usuarios : A pie, a bicicleta y a caballo. También minusválidos.
Tipo de firme : Tierra sin acondicionar. Tramos con basalto. Tramos urbanizados.
Medio natural Valle del Cidacos. Bosques de Ribera. ZEPA de Arnedillo. Laguna Perdiguera.
Patrimonio cultural Conjunto monumental de Calahorra y Arnedo. Monasterio de Vico. Castillo de Quel. Cuevas de Quel, Arnedo y Arnedillo. Yacimientos de icnitas.
Infraestructura Plataforma continua. 2 túneles. 2 puentes.


Pero lo que seguro que os interesa más es la posibilidad que ofrecen sus paredes calizas grisáceas de realizar alegres y difíciles escaladas por ellas.

La escuela de escalada de Arnedillo, está considerada como la mejor de La Rioja ( bueno, tampoco es que La Rioja tenga muchas escuelas de escalada... pero bueno)



Con un acceso un tanto...."incómodo", accederemos a los impresionantes paredones que nos muestra esta Sierra.
Cuenta con casi un centenar de vías equipadas y casi otro tanto de vías de corte clásico.

La mayoría de los sectores son muy verticales o un poco desplomados . lo cual unido al tipo de agarre más abundante (regletas y gotas de agua), nos da lugar a una escalada donde se combina la técnica más depurada y una buena dosis de fuerza.
Los Croquis de las vías, los facilitan de forma gratuita en la Oficina de Turismo de Arnedillo ( todo un detalle por su parte).




Así que, lo dicho, para pasar un puente o un fin de semana de escalada combinada con termas, vía verde, barbacoas y... sobre todo buen vino de La Rioja, que mejor que pasear en calzoncillos por las calles de Arnedillo.
Un saludo.